La artroscópica es un procedimiento muy antiguo pero que ha evolucionado considerablemente desde su primera intervención. El primer cirujano que implantó esta técnica en sus intervenciones fue el Doctor Kenji Takagi, de origen japonés, en el año 1932. Este doctor diseñó un aparato similar al que ya utilizaban en la cirugía de vesícula para tratar una lesión de rodilla a un niño. No obstante, en ese momento existían cientos de limitaciones, principalmente derivadas del tamaño de las cámaras.

La técnica no se ha empleado de forma regular hasta la década de los años 90, cuando en Europa rescata la técnica el Doctor Henri Dorfmann. A partir de entonces los avances tecnológicos llegarían a la medicina con cámaras más potentes y diminutas. Se popularizaría la técnica y se emplearía de forma habitual en las lesiones de rodilla.

Objetivos de la cirugía artroscópica

La artroscópica es una técnica quirúrgica que se lleva a cabo principalmente en las cirugías mínimamente invasivas. Se fundamenta en la visualización de la articulación y la lesión a través de un instrumento similar al endoscopio, que lleva incorporado una cámara conectada a una pantalla para visualizar la lesión. Se realizan pequeñas incisiones en la zona y se introduce la cámara, pinzas y el resto de utensilios necesarios para manipular el interior de la articulación sin necesidad de realizar una cirugía abierta, la forma de intervenir más tradicional.

Los utensilios empleados en la cirugía con artroscópica son de menor tamaño y mayor precisión. Se realiza siempre bajo estrictas medidas de asepsia y anestesia general o regional y, en nuestro instituto, los resultados son muy prometedores en todos los casos que hemos tratado hasta el momento.

Se trata de un procedimiento muy antiguo pero que ha evolucionado considerablemente desde su primera intervención. El primer cirujano que implantó esta técnica en sus intervenciones fue el Doctor Kenji Takagi, de origen japonés, en el año 1932. No obstante está técnica no se ha empleado de forma regular hasta la década de los años 90, cuando en Europa rescata la técnica el Doctor Henri Dorfmann.

A través de la artroscopia se puede realizar un primer diagnóstico claro y posteriormente realizar la propia intervención para solventar la lesión. En nuestro instituto, afincado en Valencia, en Traumacenter Valencia realizamos la técnica en muchas intervenciones porque forma parte de la cirugía mínimamente invasiva y sus ventajas son destacables.


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