Tipos de desgarro de menisco – Cómo se trata y cómo es la operación de un menisco roto

El menisco es una cuña de cartílago en forma de C que actúa como un amortiguador para la articulación de la rodilla, proporcionando una protección gruesa entre los extremos del hueso del muslo (o fémur) y el hueso de la espinilla (o tibia). Cada rodilla tiene dos meniscos, uno en el exterior (o lado lateral) de la rodilla y otro en el interior (o lado medial) de la articulación.

A veces, los meniscos pueden dañarse por una lesión deportiva, una caída, un accidente o por la degeneración natural y el desgaste con el tiempo. Este desgarro del menisco puede causar un dolor significativo e incapacidad para usar la rodilla. Esto definitivamente puede afectar tu estilo de vida activo.

Tipos de desgarro de menisco

Los meniscos se pueden desgarrar de diferentes maneras y el tipo de desgarro puede ayudar a determinar el mejor tratamiento:

• Un desgarro de colgajo es un desgarro horizontal que se forma en la parte superior del menisco y da como resultado un colgajo de cartílago suelto.
• Un desgarro radial es un desgarro que comienza en el borde interior del menisco y se extiende hacia el borde exterior.
• Un desgarro de división horizontal es un desgarro de lado a lado que ocurre en el cuerpo del menisco (en lugar del borde).
• Un desgarro en asa de balde es un desgarro vertical (longitudinal) que deja tejido flojo que se asemeja al asa de un balde.
• Los desgarros degenerativos implican desgaste y deshilachado en el borde del menisco.

Los síntomas de un menisco desgarrado incluyen un dolor agudo en la articulación de la rodilla junto con hinchazón, rigidez y una sensación de "enganche" cuando se mueve la articulación. Aquellos que sufren de un menisco desgarrado también pueden experimentar una sensación de "estallido" cuando se produce el desgarro.

¿Cómo se trata un menisco roto?

Su tratamiento dependerá del tipo y la extensión del desgarro y cualquier daño circundante en la rodilla. Las imágenes de diagnóstico con rayos X o resonancias magnéticas (o ambas) combinadas con una evaluación física de la articulación, también ayudarán a guiar su tratamiento. Los desgarros menores de menisco y muchos desgarros degenerativos responden bien a opciones de tratamiento conservador como reposo, aplicación de hielo, medicamentos antiinflamatorios y, a veces, inyecciones directamente en la articulación para aliviar la inflamación y el dolor. En otros casos, un procedimiento mínimamente invasivo llamado artroscopia de rodilla puede ser la mejor opción.

Desgarros importantes

El cartílago y el menisco tienen un suministro de sangre limitado, lo que dificulta la curación. La mayoría de los desgarros importantes no se pueden reparar por completo; aquí, el tratamiento se enfoca en recortar las partes dañadas del menisco para ayudar a "reestabilizarlo" para que continúe brindando un soporte firme para la articulación. Este procedimiento se llama meniscectomía y se realiza con instrumentos especiales a través de pequeñas incisiones en la rodilla. En la mayoría de los casos, puedes estar de pie y moverte, soportando peso sobre la rodilla poco después de la cirugía.

Desgarros medios a pequeños

Cuando el daño se localiza a lo largo del borde exterior del menisco, un área del menisco con un suministro de sangre más rico, el menisco se puede reparar usando suturas o sujetadores especiales para unir los bordes desgarrados, lo que les permite fusionarse durante la recuperación. La reparación de menisco generalmente requiere un período de recuperación más largo que una meniscectomía, ya que el menisco reparado necesita tiempo para sanar. La carga de peso puede estar restringida y probablemente necesitarás usar una rodillera durante las etapas iniciales de recuperación.

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